martes, 2 de octubre de 2012

GILBERTO OWEN


 
Poeta, novelista y diplomático mexicano nacido en El Rosario, Sinaloa, en 1904. Realizó estudios en el Instituto Científico y Literario de Toluca y en la Escuela Nacional Preparatoria de Ciudad de México. Siguiendo las directrices simbolistas de González Martínez y Juan Ramón Jiménez, se identificó con el grupo de Los Contemporáneos, junto a importantes figuras como Villaurrutia, Novo, y Torres Bodet. En 1928 se incorporó al servicio diplomático, radicándose en Nueva York, donde tuvo la oportunidad de relacionarse con representantes de la vanguardia latinoamericana y europea. Posteriormente ocupó otros cargos en diferentes países suramericanos, fijando su residencia finalmente en Estados Unidos. Su obra, reconocida tardíamente, está representada por su obra "Perseo vencido", publicado en 1948, el cual consta de tres partes: el "Madrigal por Medusa", "Simbad el varado" y el "Libro de Ruth". Falleció en Filadelfia en 1952, mientras ocupaba el cargo de vicecónsul.

A lo largo de la historia, la Biblia ha proporcionado los grandes temas del arte y de la literatura. Así, desde el paleocristiano hasta el barroco y aún hasta nuestros días, los pasajes del Antiguo y del Nuevo Testamento han sido el punto de partida de artistas y escritores. Hay, entonces, dos motivos para leer estos textos clásicos desde un punto de vista estrictamente literario. El primero, por el placer estético que ellos proporcionan, independientemente de la intención con la que fueron creados. Y el segundo, para tener una mejor comprensión de los libros que contienen no sólo referencias a los relatos y poemas bíblicos, sino también de aquellos que fueron en espíritu inspirados en ellos. Así, el autor mexicano Gilberto Owen escribió, alrededor de 1944, su “Libro de Ruth”, poema basado en la obra bíblica del mismo nombre.
 
BOOZ CANTA SU AMOR


Me he querido mentir que no te amo,
roja alegría incauta, sol sin freno
en la tarde que sólo tú detienes,
luz demorada sobre mi deshielo.
Por no apagar la brasa de tus labios

con un amor que darte no merezco,
por no echar sobre el alba de tus hombros
las horas que le restan a mi duelo.
Pero cómo negarte mis espigas
si las alzabas con tan puro gesto;
cómo temer tus años, si me dabas
toda mi juventud en mi deseo.

Quédate, amor adolescente, quédate.
Diez golondrinas saltan de tus dedos.
París cumple en tu rostro quince años.
Cómo brilla mi voz sobre tu pecho.
óyela hablarte de la luna, óyela
cantando lánguida por los senderos:
sus palabras más nimias tienen forma,
no le avergüenza ya decir "te quiero".
Me has untado de fósforo los brazos:
no los tienen más fuertes los mancebos.
Flores palúdicas en los estanques.
de mis ojos. El trópico en mis huesos.
Cien lugares comunes, amor cándido,
amoroso y porfiado amor primero.

Vámonos por las rutas de tus venas
y de mis venas. Vámonos fingiendo
que es la primera vez que estoy viviéndote.
Por la carne también se llega al cielo.
Hay pájaros que sueñan que son pájaros
y se despiertan ángeles. Hay sueños
de los que dos fantasmas se despiertan
a la virginidad de nuestros cuerpos.
Vámonos como siempre: Dafnis, Cloe.
Tiéndete bajo el pino más erecto,
una brizna de yerba entre los dientes.
No te muevas. Así. Fuera del tiempo.

Si cerrara los ojos, despertándome,
me encontraría, como siempre, muerto.

 

BOOZ VE DORMIR A RUTH

La isla está rodeada por un mar tembloroso
que algunos llaman piel. Pero es espuma.
Es un mar que prolonga su blancura en el cielo
como el halo de las tehuanas y los santos.
Es un mar que está siempre
en trance de primera comunión.

Quién habitara tu veraz incendio
rodeado de azucenas por doquiera,
quién entrara a tus dos puertos cerrados
azules y redondos como ojos azules
que aprisionaron todo el sol del día,
para irse a soñar a tu serena plaza pueblerina
-que algunos llaman frente-
debajo de tus árboles de cabellos textiles
que se te enrollan en ovillos
para que tengas que peinártelos con husos.
He leído en tu oreja que la recta no existe
aunque diga que sí tu nariz euclidiana;
hay una voz muy roja que se quedó encendida
en el silencio de tus labios. Cállala
para poder oír lo que me cuente
el aire que regresa de tu pecho;
para saber por qué no tienes en el cuello
mi manzana de Adán, si te la he dado;
para saber por qué tu seno izquierdo
se levanta más alto que el otro cuando aspiras;
para saber por qué tu vientre liso
tiembla cuando lo tocan mis pupilas.
Has bajado una mano hasta tu centro.

Saben aún tus pies, cuando los beso,
al vino que pisaste en los lagares;
qué frágil filigrana es la invisible
cadena con que ata el pudor tus tobillos;
yo conocí un río más largo que tus piernas
-algunos lo llamaban Vía Láctea-
pero no discurría tan moroso
ni por cauce tan firme y bien trazado;
una noche la luna llenaba todo el lago;
Zirahuén era así dulce como su nombre:
era la anunciación de tus caderas.
Si tus manos son manos, ¿cómo son las anémonas?
Cinco uñas se apagan en tu centro.

No haber estado el día de tu creación, no haber estado
antes de que Su mano te envolviera en sudarios de inocencia
-y no saber qué eres ni qué estarás soñando.
Hoy te destrozaría por saberlo.


CELOS Y MUERTE DE BOOZ

Y sólo sé que no soy yo,
el durmiente que sueña un cedro Huguiano, lo que sueñas,
y pues que he nacido de muerte natural, desesperado,
paso ya, frenesí tardío, tardía voz sin ton ni son.

Me miro con tus ojos y me veo alejarme,
y separar las aguas del Mar Rojo de nuestros cuerpos mal fundidos
para la huida infame,
y sufro que me tiñe de azules la distancia,
y quisiera gritarme desde tu boca: "No te vayas."

Destrencemos los dedos y sus promesas no cumplidas.
Te cambio por tu sombra y te dejo como sin pies sin ella
y no podrás correr al amor de tu edad que he suplantado.
Te cambio por tu sueño para irme a dormir con el cadáver leal de tu alegría.
Te cedo mi lámpara vieja por la tuya de luz de plata virgen
para desear frustradas canciones inaudibles.

Ya me hundo a buscarme en un te amé que quiso ser te amo,
donde se desenrolla un caracol atónito al descubrir el fondo salobre de sus ecos,
y los confesonarios desenredan mis arrepentimientos mentirosos.
Ya me voy con mi muerte de música a otra parte.
Ya no me vivo en ti. Mi noche es alta y mía.

 

PARA TRABAJAR EN EL TALLER.

    1. Considere las diferencias entre el relato bíblico y su reelaboración poética.
    2. ¿Cuál cree usted que es la intención del poeta con este texto?
    3. ¿Por qué pone como protagonista a Booz?
    4. Descubra y subraye las metáforas y símiles del poema.

 

 

viernes, 7 de septiembre de 2012

CHARLES PEGUY: POETA DE LA ENCARNACIÓN

 
 



En el siglo XX en Francia los discípulos de Mallarmé desarrollan la poesía pura, que busca llegar hasta la esencia de las cosas, despojándolas de su apariencia. El más importante es Paul Valéry (1871-1945), autor de La joven Parca (1917) y El cementerio marino (1922). Da gran importancia a la exactitud y a la precisión de la palabra. También busca este clasicismo moderno la poesía cristiana de Paul Claudel (1868- 1955) y de Charles Péguy (1873-1914).

Lea el poema "Dichosos los que han muerto" http://poesia-mayor.blogspot.com/2012/09/poema-de-charles-peguy-dichosos-los-que.html
 
Este texto fue una verdadera "autoprofecía". Vea como murió el poeta:
 

SU MUERTE
 
El 4 de setiembre, Péguy llega con su compañía a Montmélian, cerca de Saint-Witz. No hay más rezagados. Sólo hay un ejército que combatirá y que sabe lo que está en juego en esa batalla. Marchan en dirección de Meaux. En Nantouillet, el Sargento Victor Boudon ve «a Péguy sentado sobre una piedra al rayo del sol, blanco del polvo del camino, inundado de transpiración, con la barba crecida y los ojos vivaces detrás de sus anteojos sin patillas, (que) relee con lágrimas de alegría una carta de los suyos recibida el día anterior».
 
La 19ª se despliega en dirección de Villeroy. A las cuatro y media se desencadena el ataque. Se dispara a los alemanes a quinietos metros. Estos se baten en retirada. Con los prismáticos en la mano Péguy los ve huir. Algunos oficiales caen alrededor suyo. Le gritan ¡Tírese al piso! Siempre de pie Péguy aúlla sus órdenes. En ese momento cae, herido en el medio de la frente, sin gritar. Era la víspera de la Batalla del Marne. Sacrificio consentido, sin duda, muerte de caballero sin reproche, muerto de pie como se supo morir durante siglos, muerte que Péguy había deseado y merecido, muerte que en definitiva había cantado en las estrofas inmortales de Eva, cuarto Cuaderno de la décimo quinta serie:
 
«¡Felices los que han muerto en las grandes batallas,
Acostados sobre el piso frente a Dios.
Felices los que han muerto en el último sitial,
En el despliegue de los grandes funerales!»


La personalidad de Charles Péguy (1873-1914) es una de las más atractivas de nuestro tiempo, también para el pensamiento cristiano, que ha encontrado en el alma apasionada, en la mirada clara del poeta francés, un nervio central para la comprensión de la experiencia cristiana en el mundo presente.

EN EL BARRIO DE BOURGOGNE

Péguy nació el 7 de enero de 1873 "En la antigua Orleans severa y seria". Su padre, Désiré Péguy, carpintero, había participado en la guerra de 1870 de la cual había vuelto enfermo. Se casó el 8 de enero de 1872, no pudo retomar su oficio, se empleó en la municipalidad y falleció el 18 de noviembre de 1873. La madre de Péguy, originaria de Gennetines, cerca de Moulins, había aprendido a restaurar sillas. Era un buen oficio,- veinte centavos por una silla común, treinta y cinco centavos por una silla satinada-, con la condición de levantarse a las cuatro de la mañana y acostarse poco antes de la medianoche. Su abuela la ayudaba, el pequeño Charles también. Vivían en el barrio de Bourgogne, "una casa baja...La ventana estaba enmarcada por una hilera de ladrillos carcomidos y sobre el borde se alineaban las pesadas macetas en las que la abuela cultivaba cuidadosamente, orgullosamente, maternalmente sus fucsias y sus bellos geranios rojos."

Su madre le había enseñado a leer y a contar. A los siete años entró en la escuela anexa de la Escuela Normal. Se levantaba a las seis de la mañana para aprender sus lecciones y hacer los deberes, lustraba los zuecos, comía una rodaja grande de pan embebida en café negro y partía hacia la escuela.

Los Péguy eran cristianos católicos, tal como se entendía en aquella época, es decir estaban bautizados e iban a misa los días de fiesta. Péguy iba pues al catecismo. Pertenecía a la parroquia Saint-Aignan: Nuestros jóvenes vicarios nos decían exactamente lo contrario de lo que nos decían nuestros jóvenes alumnos-maestros... No nos dábamos cuenta. La República y la Iglesia nos dispensaban enseñanzas diametralmente opuestas...Tomábamos todo al pie de la letra. Creíamos enteramente, y de la misma forma, y con el mismo convencimiento, en todo lo que había en la gramática y en todo lo que había en el catecismo...No habíamos olvidado ni a una ni al otro."

Estos primeros recuerdos del barrio de Bourgogne llenarán toda su vida: "Todo estaba definido antes que tuvieramos doce años", escribe. Y a pesar del liceo Lakanal, Sainte-Barbe y la Escuela Normal, Péguy seguirá siendo el hijo de viejos campesinos y de viejos artesanos que conoció y amó: "Durante toda mi infancia vi restaurar sillas exactamente con el mismo amor, y con la misma mano, que este pueblo había tallado sus catedrales..." Amor por el trabajo bien hecho; Péguy conservará ese amor toda su vida. En los Cuadernos, pasará días enteros en la composición, velando por la perfección de su obra, como buen obrero de las letras que era.

Otro recuerdo del barrio de Bourgogne: Juana de Arco. Todos los años, el 29 de abril y el 8 de mayo, el niño Péguy ve entrar a Orleans, por la puerta de Bourgogne, una Juana de Arco a caballo, rodeada de clérigos, consejales y bomberos: "Avanzaba, blanca, erguida, mirando el cielo...Yo, la miraba..."

Lea y analice en su taller el poema "La muerte no es nada" http://poesia-mayor.blogspot.com/2012/09/poema-de-charles-peguy-la-muerte-no-es.html

DESCUBRIMIENTO DE PARIS Y EL MUNDO

Alumno-de 1885 a 1891- del liceo de Orleans, en el que había obtenido todos los premios, Péguy viene a estudiar retórica superior al Lakanal. Es la época de la huelga de Carmaux. Péguy se inflamó con los mineros, trabajó para ellos lo que le creó problemas con la administración. Adelantándose a la convocatoria, vuelve a Orleans para su año de servicio voluntario, del que egresa como sargento y, en octubre de 1893 entra en la Escuela Sainte-Barbe. Los Tharaud han contado sus paseos interminables en el Patio Rosado, en el que Péguy, ávido por dirigir, muestra ya dotes de líder.

Su mejor amigo, es por esa época Marcel Baudoin- con cuya hermana habrá de casarse- un joven enigmático, de familia burguesa, socialista y anticlerical, que iba a morir joven, durante su servicio militar y cuya influencia en Péguy fue innegable. Allí descubre la belleza del mundo. Primero París, con sus calles, sus casas y sus palacios. El París vivo, que sufre, trabaja, ama y ruega. París, ciudad de libertad y gloria, ciudad de miseria y revueltas, con "su cabeza sin cerebro y el corazón más grande que haya latido jamás en el mundo". París con su pueblo: trabajadores, curiosos, hombres apasionados por la justicia "singular pueblo de Paris, pueblo de reyes, pueblo rey."

Va al Louvre, en el "Français", oye a Mounet-Sully en Polyeucte, ve Antígona "espíritu intratable que no sabe ceder ante el infortunio". Sus grandes deslumbramientos datan de esta época: Homero, Sófocles, Corneille, Victor Hugo.

¿La miseria? La conoció muy joven, sabe que su abuela "había luchado sola contra la miseria y había cansado a la miseria, con los catorce centavos que ganaba fregando diez horas por día". La reconoce en los suburbios, en esa sopa de La miga de Pan, a la que el padre Battifol, capellán de Sainte-Barbe, lo ha invitado con sus compañeros; en esas conferencias de Saint Vincent de Paul, a las que lo lleva su "fiel Lotte".

En 1894, entra en la Escuela Normal Superior. Tiene como maestros al buen Ollé-Laprune, Bédier, al joven Romain Rolland, Bergson. El bibliotecario Lucien Herr, "director de conciencia muy laico de la juventud universitaria francesa", tiene una influencia considerable en él. El porvenir de Péguy ya parece trazado. Pero vive en la «pocilga». Utopía, frecuenta a Jaurès a quien admira...Luego de un año de escuela, hace un alto y vuelve a Orleans.

JUANA DE ARCO

Péguy no había vuelto a la casa del barrio de Bourgogne, como se creyó entonces, para hacer la Revolución o para convertirse en restaurador de sillas. Simplemente venía a meditar sobre Juana de Arco y a terminar la enorme obra de teatro que siempre llevaba consigo a todas partes en una valija cerrada con llave:Juana de Arco (1897). Para Péguy, Juana de Arco aparece como la perfecta encarnación de Francia: piadosa con el mal, fiel a su rey, sólidamente enraizada en su suelo natal, hija de campesinos, sana y lúcida, joven y fresca, derecha en su intención y corazón, insolente con los doctores, cristiana y no clerical, heroica y santa, inteligente y activa, "flor de coraje francés, de caridad francesa, de santidad francesa", en resumen: "La hija de Lorena a la que ninguna iguala" Para Péguy es el tipo de héroe socialista; sólo obedece a su inspiración que le viene de Dios y no tiene demasiado en cuenta a las autoridades regulares.

El problema del mal ocupa ahora el primer plano en el pensamiento de Péguy. Tiene pasión por la salvación, por la salvación humana y temporal únicamente. "Les he dado mi pan, le hace decir a Juana, ¡vaya negocio! Tendrán hambre esta noche, tendrán hambre mañana". Inútil es entonces la caridad. "La religión de Cristo, concluye Péguy, es una religión de desesperación, porque desespera de la vida y sólo tiene esperanza en la eternidad". Estamos en 1897. Habrá que esperar trece años para oir a Péguy hablarnos de nuevo de Juana de Arco. Pero entonces, Péguy se habrá vuelto nuevamante cristiano y será el admirable Misterio de la Caridad de Juana de Arco (1910).

SOCIALISTA Y PARTIDARIO DE DREYFUS

Reintegrado en 1896 a la Escuela Normal, luego de la muerte de Marcel Baudoin, Péguy sólo iba a permanecer allí por poco tiempo más. En efecto, se casa con la hermana de su amigo, funda una librería socialista y publica Marcel, primer diálogo de la Ciudad armoniosa (1898), en el que busca para el problema del mal una solución bien humana.

Influído por Lucien Herr, Péguy se había inscripto en el Partido Socialista durante el primer año de la Escuela Normal: "Todo era puro entonces, escribirá más tarde, todo era joven, un socialismo joven, un poco grave, un poco niño".Evidentemente Péguy nunca fue tomado en serio por Jaurès. ¿Su Socialismo? Consistía primero en llevar la felicidad al mundo. Y para ello en restaurar el gusto por el trabajo y la pobreza: "Un socialismo de San Francisco", al decir de los Tharaud. La doctrina importaba poco, si se tenía un impulso del corazón, si uno sabía sacrificarse por los demás, ser sincero. Así entendido, el socialismo de Péguy ¿era algo distinto de la caridad? «La caridad, dijo Dios, no me asombra... Esas pobres criaturas son tan desgraciadas que a menos que se tenga un corazón de piedra, ¿cómo no tendrían caridad unas de otras?..." Ese socialismo de Péguy iba a ser rudamente puesto a prueba con el caso Dreyfus. El caso empezó verdaderamente en enero de 1898, con el artículo de Zola "Yo acuso". Péguy se lanza a la lucha, es arrestado en Versalles, conduce el combate en la Sorbona, pone al Barrio Latino en estado de defensa republicana: "Herr comandaba a las fuerzas republicanas los días en que no se combatía; yo las comandaba los días en que se combatía". Péguy agrega: "Hay que decir simplemente que fuimos héroes, y más precisamente héroes a la francesa"..."Para él,escriben los Tharaud, el caso Dreyfus había tomado de pronto una especie de grandeza sagrada...Era el debate que continuaba entre Creón y Antígona, entre Félix y Polyeucte".

Hay que decir, y Péguy no nos desmentiría, que en filas dreyfusistas, todo no era absolutamente puro. Al lado de los cristianos y los utopistas, estaban los revolucionarios, los adversarios del régimen cualquiera que sea, los anarquistas, los agentes del extranjero, contentos de ver a los franceses despedazarse unos a otros, los aprovechadores y los hábiles, siempre listos para sacar partido de la batalla y enriquecerse con los despojos de los vencidos. Péguy, el poeta Péguy, no se dio cuenta al principio. El formaba parte de los utopistas. Se explicaba y su explicación es la de un cristiano más que la de un socialista:

"Una sola falta, un único deshonor alcanza para perder el honor, para deshonrar a todo un pueblo. ...No nos colocábamos en otro lugar que no fuera el de la salvación de Francia... En el fondo, no queríamos que Francia se constituyera en pecado mortal".
 
Para trabajar en el Taller:
1) Analice el poema "La pequeña esperanza" http://poesia-mayor.blogspot.com/2012/09/poema-de-charles-peguy-la-pequena.html  y compárelo con el texto bíblico de 1Corintios 13:8-13.
2) Investigue en qué consistió el "caso Dreyfus"
3) Escoja algún pasaje de la Biblia y otórguele un nuevo significado, aplicándolo en un poema. 

 

martes, 7 de agosto de 2012

DICHOS, PROVERBIOS, REFRANES Y AFORISMOS.



A veces la sabiduría no necesita ornarse con ropajes retóricos ni voluminosos libros sesudos, sino que le basta una pocas palabras para mostrarnos toda la grandeza de ese saber popular en UNA SOLA FRASE.

Esas frases hemos dado en llamarlas proverbios, refranes, aforismos o dichos.

 
Han nacido en todos los tiempos y en todas las culturas y han servido para iluminar en la negra noche de las dudas.

 
La Real Academia Española RAE., presenta las siguientes definiciones:

Proverbio (del latín proverbĭum): 1. Sentencia, adagio o refrán. / 2. Agüero o superstición que consiste en creer que ciertas palabras, oídas casualmente en determinadas noches del año, anuncian la dicha o desdicha de quien las oye. / 3. Obra dramática cuyo objeto es poner en acción un proverbio o refrán. / 4. En plural, libro de la Sagrada Escritura, que contiene varias sentencias de Salomón.

Dicho, cha (del latín dictus, decir): 1. Mencionado antes. Ej. Dicho individuo. Dichas tierras. / 2. Palabra o conjunto de palabras con que se expresa oralmente un concepto cabal. Dicho agudo, oportuno, intempestivo, malicioso. / 3. Ocurrencia chistosa y oportuna. / 4. Declaración de la voluntad de los contrayentes, cuando el juez eclesiástico los examina para contraer matrimonio. / 5. Expresión coloquial insultante o desvergonzada.

Refrán (del francés refrain): 1. Dicho agudo y sentencioso de uso común.

Aforismo (del latín aphorismus, y este del griego ἀφορισμός): 1. Sentencia breve y doctrinal que se propone como regla en alguna ciencia o arte.

El proverbio es un tipo de paremia, un enunciado sentencioso. Otros enunciados sentenciosos son: refrán, adagio, máxima, sentencia, aforismo, frase proverbial, apotegma. El estudio de los refranes y los proverbios se enmarca dentro de la paremiología.

En la lengua española, la denominación refrán ha conocido una gran difusión hasta el punto de arrinconar a proverbio que se asocia a una paremia culta como los proverbios bíblicos, frente al refrán, paremia popular o popularizada.

Miguel de Cervantes, en Don Quijote de la Mancha, nos define lo que es un refrán: "los refranes son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos ancianos". Seguirá diciendo Don Quijote sobre la utilidad de los refranes: "cualquiera de los que has dicho [, Sancho,] basta para dar a entender tu pensamiento" (Segunda parte, capítulo XVII).

Los refranes son sentencias breves, habitualmente, de autor desconocido. No obstante, muchas frases literarias y bíblicas ha pasado a formar parte del refranero popular. La mayoría de los refranes son observaciones acuñadas por la experiencia colectiva a lo largo del tiempo, con temas que van desde la meteorología hasta el destino invariable y fatalista de la existencia. Constituyen el bagaje cultural del pueblo en tiempos en los que la tradición oral pasaba la sabiduría popular de una generación a otra.

Su estructura suele ser pareada y recurren tanto a la prosa y verso como a figuras literarias (antítesis, elipsis o paralelismo) para facilitar su perpetuación oral.

La paremia es un enunciado breve, sentencioso e ingenioso que transmite un mensaje instructivo, incitando a la reflexión intelectual y moral. Hay muchos tipos de paremias, como los adagios, aforismos, axiomas, proverbios, refranes, etc. El tipo más común es el refrán. El estudio de las paremias se denomina paremiología y la paremiografía es la disciplina científica que se dedica a recopilarlas en repertorios, diccionarios o corpus.

La paremiología (del griego paroimía 'proverbio' + logía 'compilación, colecta') es la ciencia que estudia los refranes, los proverbios y demás enunciados cuya intención es transmitir algún conocimiento tradicional basado en la experiencia. La paremiología comparada establece relaciones entre los refranes y demás enunciados sentenciosos de diferentes idiomas y culturas.

La paremiología aprovecha para extraer de los proverbios la información acumulada a través de cientos de años de historia. Esta información puede ser de muchos tipos: sociológica, gastronómica, meteorológica, histórica, literaria, zoológica, cinegética, toponímica, lingüística, lexicográfica, religiosa, agronómica... Con frecuencia un refrán nace como condensación de un chascarrillo o cuentecillo tradicional, y expresa las creencias y supersticiones populares con más fidelidad que otras formas literarias. En otras ocasiones, por el contrario, posee un origen culto que deriva de los sermones que durante la Edad Media se pronunciaban en lengua vernácula. Posee una particular retórica, en la que se cruzan el ritmo, el paralelismo, la antítesis, la elipsis y los juegos de palabras.

Ejercicio:
1. Piense en alguna lección que usted aprendió en la vida, construya un proverbio con ella.
2. Escriba un breve poema a partir de un proverbio o refrán.
3. Lea y comente en el taller Proverbios 17:17. 

martes, 5 de junio de 2012

HORACIO, POETA LATINO.


La obra de Horacio no es propiamente cristiana ya que él es un autor pre cristiano, pero sí ha influido grandemente en autores de fe como Fray Luis de León y John Milton.
 
Nombre completo
Quinto Horacio Flaco
Nacimiento
Defunción
Horacio
Ocupación

Quinto Horacio Flaco (en latín Quintus Horatius Flaccus) (Venusia, hoy Venosa, Basilicata, 8 de diciembre de 65 a. C.Roma, 27 de noviembre de 8 a. C.), fue el principal poeta lírico y satírico en lengua latina.

Fue un poeta reflexivo, que expresa aquello que desea con una perfección casi absoluta. Los principales temas que trata en su poesía son el elogio de una vida retirada («beatus ille») y la invitación de gozar de la juventud («carpe diem»), temas retomados posteriormente por poetas españoles como Garcilaso de la Vega y Fray Luis de León. Escribió, además, epístolas (cartas), la últimas de las cuales, dirigida «A los Pisones», es conocida como Arte poética.

Biografía


Era hijo de un esclavo liberto, si bien nació cuando su padre ya gozaba de la libertad. Su padre, aunque pobre, invirtió mucho dinero en la educación de su hijo, acompañándolo a Roma donde inició sus estudios de Gramática con Orbilio y, probablemente, los de retórica con Heliodoro. A los 20 años de edad se trasladó a Atenas para estudiar griego y Filosofía en la Academia con Teomnesto, donde tomó contacto por vez primera con el epicureísmo. Horacio siempre reconoció los cuidados y el gran sacrificio que su padre hizo por él, siendo la relación con su progenitor uno de los más bellos episodios de amor filial que sobreviven del periodo clásico.

Tras el asesinato de Julio César, se unió al partido republicano, formando parte del ejército que Marco Junio Bruto preparaba en Grecia para oponerse a los triunviros Octavio y Marco Antonio, siendo nombrado tribuno militar. El ejército republicano fue derrotado en la doble batalla de Filipos (42 a. C.), en la cual, dadas sus escasas aptitudes militares, hubo de escapar para salvar así su vida. Cuando Octavio decretó una amnistía a favor de aquellos que habían luchado en su contra, Horacio decidió volver a Roma, conociendo entonces la noticia de la muerte de su padre y la confiscación de sus propiedades. Sumido en la pobreza, consiguió no obstante trabajo como escribano de cuestor, un puesto que le permitió practicar su arte poético.

Con el tiempo, Horacio fue ganando el respeto y la admiración de los círculos literarios romanos, al que pertenecían Virgilio y Lucio Vario Rufo, quienes le presentaron a Cayo Mecenas (38 a. C.), amigo y consejero de César Augusto. El emperador le brindó su protección, llegándole a ofrecer un puesto como secretario personal, si bien Horacio declinó la oferta debido a sus principios epicúreos. Mecenas llegó a convertirse en su protector y amigo personal, y obsequió a Horacio con una finca en Tiber, en las montañas Sabinas (33 a. C.), donde el poeta se retiró a redactar sus obras. Su amistad fue tal que incluso fueron enterrados el uno junto al otro.

Obra


Su obra poética no se redujo al subgénero de la lírica, sino que también tocó otros aspectos del conocimiento. Los críticos proponen dos periodos de su producción.

Un primer período en el que compuso Sátiras, poesía crítica con abundantes elementos autobiográficos que persigue un fin moral y Epodos, composiciones de carácter lírico en las que tampoco está ausente la crítica social. El epodo es una composición de origen griego destinada al insulto y al improperio. Alguno de los epodos de Horacio conservan este carácter, pero otros son de carácter eminentemente lírico. Destaca aquel cuyo comienzo, Beatus ille, ha dado nombre a un tema literario, la alabanza de la vida en el campo.

En el segundo periodo escribiría Odas y Epístolas. Las odas son composiciones de carácter lírico que constituyen la obra cumbre de la lírica latina. Son cuatro libros con un total de 104 odas. En ella se jacta de haber sido el primero en transplantar al latín la lírica eolia en su conjunto, imitando los temas y los metros líricos griegos, sobre todo de Alceo, Safo y Anacreonte. Horacio tiene conciencia de que sus odas son lo mejor de su obra y afirma que serán más duraderas que el bronce. En las Odas el componente fundamental es el lírico. Podemos agrupar las odas en varios grupos temáticos: alabanza de Augusto, elogio de la amistad, tema filosófico y moral, el amor, y finalmente el campo y la naturaleza. Expone el poeta su filosofía de la vida: hay que saber hacer uso de las riquezas y ser generoso; no hay que dejarse abatir por la adversidad y debe uno gozar de los bienes presentes, que son precarios; lo mejor para ser feliz es la “áurea mediocridad” (Aurea mediocritas). Hay una invitación a gozar del momento presente, ya que el día de mañana es incierto: carpe diem. Este tema tendrá gran fortuna en la literatura universal.

Las Epístolas es la poesía de la reflexión moral y filosófica. Entre éstas últimas destaca Epistola ad Pisones, más conocida como Arte Poética, en la que sienta principios de preceptiva literaria que han tenido durante siglos pervivencia en nuestra cultura.

Influencia en la literatura posterior

Los temas y tópicos creados por Horacio gozarán de un respaldo universal a lo largo de la literatura posterior a su fallecimiento. Esencialmente partiendo desde el Renacimiento es difícil no hallar una sola composición influida por los tópicos o las formas horacianas. Así, destacan poetas como Ronsard, Petrarca o Garcilaso, que se vieron envueltos por la dulzura y las reflexiones horacianas. En España podemos encontrar grandes influencias horacianas en Fray Luis de León, que prácticamente lo parafrasea en algunas de sus poesías, José Cadalso o Leandro Fernández de Moratín; e incluso otros autores que seguirán el camino labrado por el poeta romano. Algunos poetas ingleses se verán también influidos por Horacio, como John Keats o John Milton. Más adelante, en la Generación del 27, también encontraremos influencias horacianas en poetas como en el vallisoletano Jorge Guillén. Su figura sigue asociada hoy día a los tópicos a los que le asoció la Edad Media, y que ahora pueden considerarse casi más medievales que plenamente romanos: el «Aurea mediocritas», el «Carpe diem» y el «Beatus Ille». No obstante, la vitalidad de Horacio sigue activa como uno de los clásicos latinos más extraordinarios, junto a otros como Cicerón, Virgilio, Ovidio y demás artistas inmortales.

X
CITAS Y FRASES DE
HORACIO

­                    Carpe diem, quam minimum credula postero: "Aprovecha el día de hoy y fíate lo menos posible del mañana."; (otra traducción) "Toma el día de hoy; no seas demasiado crédulo el día de mañana."

­                    Populus me sibilat, at mihi plaudo ipse domi". (Sátiras, 1, 166-67): "El pueblo me silba, pero yo me aplaudo en casa."

­                    "Dulce et decorum est pro patria mori": "Dulce y honorable es morir por la patria." - (Carmina 3, 2, 13)

­                    "Graecia capta ferum victorem cepit et artis intulit in agresti Latio": "la Grecia conquistada conquisto al bárbaro conquistador e introdujo las artes en el Lacio agreste"

­                    "Quid Rides? Mutato nomine de te fabula narratur": "¿Se qué ríes? , si cambias de nombre la historia habla de ti"

­                    "Acuérdate de conservar en los acontecimientos graves la mente serena."

­                    "Apresúrate siempre hacia la solución."

­                    "El placer que acompaña al trabajo pone en olvido a la fatiga."

­                    "El hombre avaricioso está lleno de temores, y quien vive con temor será siempre un siervo."

­                    "En los trances duros y lo mismo en la bonanza mantente siempre con ánimo sosegado."

­                    "Gobierna tu mente, o ella te gobernará a ti."

­                    "La conciencia es como un vaso, si no está limpio ensuciará todo lo que se eche en él."

­                    "La fortuna es como un vestido: muy holgado nos embaraza, muy estrecho nos oprime."

­                    "La pálida muerte lo mismo llama a las cabañas de los humildes que a las torres de los reyes."

­                    "La justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera."

­                    "La virtud de los padres es una gran dote."

­                    "Nadie nace libre de vicios. El hombre más perfecto es el que tiene menos."

­                    "Quien vive temeroso, no será nunca libre."

­                    "Quien mucho promete mina la confianza en él."

­                    "¿Quién es libre? Sólo el que sabe dominar sus pasiones."

­                    "Una pintura es un poema sin palabras."

­                    "Recorres el mundo en busca de una felicidad que está siempre al alcance de tu mano."

­                    "Qui sibi fidet, dux reget examen": "Quien confíe en sí mismo será el rey del enjambre"

­                    "Fugit irreparabile tempus": "El tiempo huye de modo irreparable"