La obra de Horacio no es propiamente cristiana ya que él es un autor pre cristiano, pero sí ha influido grandemente en autores de fe como Fray Luis de León y John Milton.
Nombre completo
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Quinto Horacio Flaco
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Nacimiento
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8 de diciembre
de 65 a. C.
Venusia, hoy Venosa, Basilicata |
Defunción
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Horacio
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Ocupación
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Quinto Horacio Flaco (en latín Quintus Horatius Flaccus) (Venusia, hoy Venosa, Basilicata, 8 de diciembre de 65 a. C. – Roma,
27 de noviembre de 8 a. C.), fue el principal poeta
lírico y satírico en lengua latina.
Fue un poeta reflexivo, que
expresa aquello que desea con una perfección casi absoluta. Los principales
temas que trata en su poesía son el elogio de una vida retirada («beatus ille») y la invitación de gozar
de la juventud («carpe diem»),
temas retomados posteriormente por poetas españoles como Garcilaso de la
Vega y Fray Luis de León.
Escribió, además, epístolas (cartas), la últimas de las cuales, dirigida «A los
Pisones», es conocida como Arte poética.
Biografía
Era hijo de un esclavo liberto, si bien nació cuando su
padre ya gozaba de la libertad. Su padre, aunque pobre, invirtió mucho dinero
en la educación de su hijo, acompañándolo a Roma
donde inició sus estudios de Gramática con Orbilio y, probablemente, los
de retórica con Heliodoro. A los 20 años de edad se trasladó a Atenas para estudiar griego y Filosofía en la Academia con Teomnesto, donde tomó contacto
por vez primera con el epicureísmo. Horacio
siempre reconoció los cuidados y el gran sacrificio que su padre hizo por él,
siendo la relación con su progenitor uno de los más bellos episodios de amor
filial que sobreviven del periodo clásico.
Tras el asesinato de Julio César, se unió al partido
republicano, formando parte del ejército que Marco Junio Bruto preparaba en Grecia para oponerse a los triunviros
Octavio y Marco Antonio, siendo nombrado tribuno
militar. El ejército republicano fue derrotado en la doble batalla de Filipos
(42 a. C.), en la cual, dadas sus escasas
aptitudes militares, hubo de escapar para salvar así su vida. Cuando Octavio
decretó una amnistía a favor de
aquellos que habían luchado en su contra, Horacio decidió volver a Roma,
conociendo entonces la noticia de la muerte de su padre y la confiscación de
sus propiedades. Sumido en la pobreza, consiguió no obstante trabajo como
escribano de cuestor, un puesto que le permitió
practicar su arte poético.
Con el tiempo, Horacio fue
ganando el respeto y la admiración de los círculos literarios romanos, al que pertenecían Virgilio y Lucio Vario Rufo, quienes le presentaron a Cayo Mecenas
(38 a. C.), amigo y consejero de César Augusto. El emperador le brindó su
protección, llegándole a ofrecer un puesto como secretario personal, si bien
Horacio declinó la oferta debido a sus principios epicúreos. Mecenas llegó a convertirse en
su protector y amigo personal, y obsequió a Horacio con una finca en Tiber, en las montañas Sabinas (33 a. C.), donde el poeta se retiró a
redactar sus obras. Su amistad fue tal que incluso fueron enterrados el uno
junto al otro.
Obra
Su obra poética no se redujo al
subgénero de la lírica, sino que también tocó otros aspectos del conocimiento.
Los críticos proponen dos periodos de su producción.
Un primer período en el
que compuso Sátiras, poesía crítica con abundantes elementos
autobiográficos que persigue un fin moral y Epodos, composiciones de
carácter lírico en las que tampoco está ausente la crítica social. El epodo es
una composición de origen griego destinada al insulto y al improperio. Alguno
de los epodos de Horacio conservan este carácter, pero otros son de carácter
eminentemente lírico. Destaca aquel cuyo comienzo, Beatus ille, ha dado
nombre a un tema literario, la alabanza de la vida en el campo.
En el segundo periodo
escribiría Odas y Epístolas. Las odas son composiciones de
carácter lírico que constituyen la obra cumbre de la lírica latina. Son cuatro
libros con un total de 104 odas. En ella se jacta de haber sido el primero en
transplantar al latín la lírica eolia en su conjunto, imitando los temas y los
metros líricos griegos, sobre todo de Alceo, Safo y Anacreonte. Horacio tiene
conciencia de que sus odas son lo mejor de su obra y afirma que serán más
duraderas que el bronce. En las Odas el componente fundamental es el lírico.
Podemos agrupar las odas en varios grupos temáticos: alabanza de Augusto,
elogio de la amistad, tema filosófico y moral, el amor, y finalmente el campo y
la naturaleza. Expone el poeta su filosofía de la vida: hay que saber hacer uso
de las riquezas y ser generoso; no hay que dejarse abatir por la adversidad y
debe uno gozar de los bienes presentes, que son precarios; lo mejor para ser
feliz es la “áurea mediocridad” (Aurea mediocritas). Hay una invitación
a gozar del momento presente, ya que el día de mañana es incierto: carpe diem.
Este tema tendrá gran fortuna en la literatura universal.
Las Epístolas es la poesía de la
reflexión moral y filosófica. Entre éstas últimas destaca Epistola ad
Pisones, más conocida como Arte Poética, en la que sienta principios
de preceptiva literaria que han tenido durante siglos pervivencia en nuestra
cultura.
Influencia en la literatura posterior
Los temas y tópicos creados por
Horacio gozarán de un respaldo universal a lo largo de la literatura posterior
a su fallecimiento. Esencialmente partiendo desde el Renacimiento es difícil no
hallar una sola composición influida por los tópicos o las formas horacianas.
Así, destacan poetas como Ronsard, Petrarca o Garcilaso, que se vieron envueltos por la
dulzura y las reflexiones horacianas. En España podemos encontrar grandes
influencias horacianas en Fray Luis de León,
que prácticamente lo parafrasea en algunas de sus poesías, José Cadalso o Leandro
Fernández de Moratín; e incluso otros autores que seguirán el camino
labrado por el poeta romano. Algunos poetas ingleses se verán también influidos
por Horacio, como John Keats o John Milton. Más adelante, en la Generación del 27,
también encontraremos influencias horacianas en poetas como en el vallisoletano
Jorge Guillén. Su figura sigue asociada hoy
día a los tópicos a los que le asoció la Edad Media, y que ahora pueden
considerarse casi más medievales que plenamente romanos: el «Aurea mediocritas», el «Carpe diem» y el «Beatus Ille». No obstante, la vitalidad de
Horacio sigue activa como uno de los clásicos latinos más extraordinarios,
junto a otros como Cicerón, Virgilio, Ovidio y demás artistas inmortales.
CITAS
Y FRASES DE
HORACIO
Carpe diem, quam minimum
credula postero: "Aprovecha el día de hoy y fíate
lo menos posible del mañana."; (otra traducción) "Toma el día de hoy;
no seas demasiado crédulo el día de mañana."
Populus me sibilat, at mihi plaudo ipse domi". (Sátiras, 1,
166-67): "El pueblo me silba, pero yo me aplaudo en casa."
"Dulce
et decorum est pro patria mori": "Dulce y
honorable es morir por la patria." - (Carmina 3, 2, 13)
"Graecia
capta ferum victorem cepit et artis intulit in agresti Latio": "la Grecia conquistada conquisto al bárbaro conquistador e
introdujo las artes en el Lacio agreste"
"Quid Rides? Mutato nomine
de te fabula narratur": "¿Se qué ríes? , si
cambias de nombre la historia habla de ti"
"Acuérdate de conservar en
los acontecimientos graves la mente serena."
"Apresúrate siempre hacia la
solución."
"El placer que acompaña al trabajo pone en olvido a la fatiga."
"El hombre avaricioso está
lleno de temores, y quien vive con temor será siempre un siervo."
"En los trances duros y lo
mismo en la bonanza mantente siempre con ánimo sosegado."
"Gobierna tu mente, o ella te
gobernará a ti."
"La conciencia es como un
vaso, si no está limpio ensuciará todo lo que se eche en él."
"La fortuna es como un vestido: muy holgado nos
embaraza, muy estrecho nos oprime."
"La pálida muerte lo mismo
llama a las cabañas de los humildes que a las torres de los reyes."
"La justicia, aunque anda
cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera."
"La virtud de los padres es
una gran dote."
"Nadie nace libre de vicios.
El hombre más perfecto es el que tiene menos."
"Quien mucho promete mina la
confianza en él."
"¿Quién es libre? Sólo el que
sabe dominar sus pasiones."
"Una pintura es un poema sin palabras."
"Recorres el mundo en busca
de una felicidad que está siempre al alcance de tu
mano."
"Qui sibi fidet, dux reget
examen": "Quien confíe en sí mismo será el rey del enjambre"
"Fugit irreparabile
tempus": "El tiempo huye de modo
irreparable"