viernes, 13 de mayo de 2011

FRAGMENTOS DE PRUDENCIO, POETA CRISTIANO DEL SIGLO IV D.C.

He aquí algunos escritos, originalmente en versos, del interesante poeta AURELIO CLEMENTE PRUDENCIO. Les invitamos a leerlos, comentarlos y  descifrarlos. Su clave interpretativa está en la doctrina cristiana y bíblica. Nótese el aporte creativo que hace el vate a la espiritualidad cristiana. Fue uno de los primeros poetas en personificar las virtudes y vicios, representándolo como un combate del alma.

UNA NUEVA RAZA ESTÁ A PUNTO DE NACER; es otro hombre venido del cielo, no del barro de la tierra, como el primero; es Dios mismo revestido de la naturaleza humana, pero libre de las imperfecciones de la carne.

El Verbo del Padre se ha hecho carne viviente; hecha fecunda por la acción divina, y no por las leyes ordinarias de la unión conyugal, una joven le ha concebido sin mancha y va a darle a luz.

Un antiguo y violento odio reinaba entre la serpiente y el hombre; el motivo era la futura victoria de la mujer.

Hoy la promesa se ha cumplido: bajo el pie de la mujer, la víbora se siente humillada.

La Virgen que ha sido digna de dar a luz a Dios, triunfa sobre todos los venenos. La serpiente, ya sin armas, retuerce sobre sí misma con rabia su tortuoso cuerpo, y vuelve a arrojar su impotente veneno sobre la hierba, del mismo color verde que sus impuros anillos.

¿Cómo nuestro enemigo no tiembla, atemorizado por el favor divino hacia el humilde rebaño? Este lobo recorre ahora entristecido las hileras de ovejas sosegadas; olvidado ya de los destrozos, contiene para siempre sus fauces famosas por tantos estragos.

Por un maravilloso cambio, en lo sucesivo es el Cordero quien manda a los leones; y la paloma del cielo, en su vuelo hacia la tierra, quien hace huir a las águilas crueles que atraviesan las nubes y las tempestades.

ME LLAMO LA DISCORDIA; por sobrenombre Herejía; mi dios es cambiante -dice-; ora menor, ora mayor; a veces doble y a veces uno; cuando me place es aéreo o mera aparición fantástica; o es un alma inmanente al mundo cuando quiero burlarme de la divinidad. Mi maestro es Belial; mi casa y mi país, el mundo.

CATEMERINON.

16. Penetra luminoso en los corazones puros, que resplandecen consagrados como templos des¬pués que se han empapado de Dios en sus más íntimos senos.

19. Pero, si advierte que en las intimidades ya consagra¬das nace algún vicio o crimen, en seguida se aleja como de un templo profanado. El remordimiento horrible que sigue siempre a los ardo¬res de la culpa brilla tristemente con densas humaredas, y, perverso, aleja la inocencia mancillada.

25. Y no solamente el pudor y los deseos inocentes cons¬tituyen un templo perenne a Cristo en las más hondas inti¬midades del corazón, sino que ha de comprimirse dentro hasta la unificación completa del asiento, renovado con los alimentos de la fe, evitando los vahos de la crápula.

31. Los corazones no embarazados con las comidas reci¬ben con más gusto al Dios que les visita; éste es el alimento del alma y el sabor deleitable. Mas tú, ¡oh, Padre!, preparándonos un doble alimento, fortificas y llenas de vigor nuestros cuerpos y nuestras almas en ambos convites.

37. Así, tu ínclito poder en otro tiempo nutrió con man¬jar inopinado al hombre arrojado entre los rugientes leones. Los privados de la corte de la cruel Babilonia, juntamente con su tirano, habían condenado a muerte y a ser arrojado a las fieras, para que al momento lo devoraran con sus ham¬brientas fauces, a aquel que execraba la divinidad del metal fundido y que juzgaba un crimen contra Dios el inclinar su cabeza a los pies de una estatua fabricada de bronce.

46. ¡Oh piedad y fidelidad siempre segura! Los fieros leones lamen los pies al santo y temen, sin tocarlo, al que Dios ha nutrido.

49. Se tienden junto a él y humillan sus melenas; su ra¬bia se amansa, y el hambre, refrenada, rodea la presa con fauces no manchadas por la sangre. Y cuando el encarcelado llevaba mucho tiempo y estaba falto de comida, elevó al cielo sus palmas y rogó al Señor, que de él no se olvidaba;

67. “Toma alegre y come con gusto -le dice- los manjares que el Padre celestial y el ángel de Cristo te envían a ti, constituido en tal peligro". Y, tomados los alimentos, Daniel levantó su faz al cielo; y, cobradas las fuerzas con los manjares, "Amén -dijo-, ala¬bad a Yahvé."

73. Así, nosotros, ¡oh Señor, dador de todos los bienes!, fortalecidos con tus dádivas, te damos gracias y cantamos himnos.

76. Tú nos guardas mientras estamos como encerrados por un funesto tirano; esto es, por el torbellino del mundo prepotente, y reprimes la fiera, que va bramando en torno e intenta devorarnos, afilando sus dientes rabiosos de furor, por lo cual te rogamos a ti solo, Dios poderoso.

82. Nos vemos aherrojados, oprimidos, arrollados por los impíos; nos odian, nos despedazan, nos arrastran, nos ultra¬jan; la fe va unida con frecuencia a los suplicios más inicuos.

85. Pero no falta algún consuelo en los tormentos, pues se introduce en las cárceles el alimento celestial, refrenada la ira carnívora de los leones. Si alguno quisiera llenar lo más íntimo de sus arterias be¬biendo ávidamente, a boca llena, no con sorbitos delicados.

91. Éste, saciado por el profeta santo, tomará los manja¬res de los varones justos, que recogen sus mieses para un señor eterno. No hay cosa más dulce ni más sabrosa, nada que pueda agradar más al hombre, que los prenuncios piadosos de un profeta.

97. Tomados estos alimentos, aunque la tiranía insolente nos juzgue rebeldes y nos dé la muerte, y aunque suelten contra nosotros los hambrientos leones, nosotros, confesando siempre a Dios Padre en ti, Cristo Dios, confesaremos siempre la unidad y llevaremos siempre tu santa cruz.

HIMNO 5.

05. Así premió antiguamente a nuestros padres la insigne piedad del Dios único, por cuya pro¬videncia también nosotros nos alimentamos nutriendo el corazón con manjares divinos.

137. Nosotros pasamos esa noche en convivencia santa, con gozo sobrenatural, y aunamos a porfía en la vigilia nocturna nuestras súplicas, que llegan al Señor, y sobre el altar bien preparado celebramos los misterios.

HIMNO 9.

58. Con el alimento de cinco panes y dos pececillos se sacian por completo millares de comensales y se recogen doce canastas de sobras de comida.

61. Tú eres nuestra comida y nuestro pan, tú la eterna dulzura; no puede ya sentir hambre quien recibe tu alimen¬to; no llena el vacío del vientre, pero se nena de vida.

APOTEOSIS.

355. ¿No adviertes, desgraciada, que tú retratas al vivo nuestra pascua y que con las prolongadas figu-ras de la antigua ley representas todo el misterio que contiene la verdadera pasión, la pasión que protege con sangre nuestra frente y que, señalando el rostro, unge la casa de nuestro cuerpo?

430. Se amansaron los getas, y la cruel fiereza de los gelonos, que ávidamente mezcla en sus copas la sangre con la leche, ya bebe el licor precioso de la sangre de Cristo.

PSICOMAQUIA.

59. Después, Cristo Señor que es el verdadero Sacerdote nacido de Padre inefable, ofreciendo su alimento a los dichosos vencedores, entrará en la pequeña morada del corazón puro, dando a conocer el honor de la Trinidad inhabitadora.

64. Después, el Espíritu, unido amorosamente al alma su esposa, la hará fecunda .en obras eternas, aunque antes hubiera carecido de todo fruto. Entonces, la tardana madre, provista ya de su dote, llenará la casa del Padre con un heredero digno.

¿No os acordáis del maná celestial que Dios enviaba a los campamentos de nuestros abuelos, y del que en esta era tardía se ha dado al pueblo, y que es el cuerpo de Cristo? La crá¬pula de la torpe lascivia os arrastra a su inmundo lupanar a vosotros, que os habéis saturado con esos manjares del cielo.

PERISTEFANON.

HIMNO 2.

65. Se ha divulgado que ésta es la costumbre y ésta es la ordenación de vuestros sacrificios, que es la táctica de vuestra sociedad: que beban los sacerdotes en vasos de oro.

69. Dicen, que la sagrada sangre humea en copas de plata y que las antorchas de cera están fijas en candelabros de oro durante vuestros nocturnos sacrificios.

HIMNO 3.

Así, conviene adorar sus huesos, sobre los que se ha levantado un ara. Ella, acurrucada a los pies de Dios, atiende nuestros votos y propicia por nuestros cánticos, favorece a sus pueblos.

HIMNO 11.

169. A tales reconditeces se ha confiado el cuerpo de Hipólito, junto al lugar en que está puesta el ara dedicada a Dios.

171. Aquella mesa dispensadora del Sacramento, hecha al mismo tiempo depositaria fiel de su mártir, guarda en el sepulcro los huesos que ha de premiar el Juez eterno y alimenta al propio tiempo con manjares divinos a los habitan¬tes de la orilla del Tíbet.

175. La santidad admirable del lugar y el ara propicia a los que suplican robustece la esperanza de los fieles con be¬nignas concesiones.

DITOQUEO.

El Señor partió cinco panes y dos peces y saturó con ellos a cinco mil hombres. Con los restos se lle-nan doce canastos. ¡Tanta es la opulencia de la mesa celestial!

APOTEOSIS: Ensalzamiento de una persona con grandes honores o alabanzas. / Escena espectacular con que concluyen algunas funciones teatrales, normalmente de géneros ligeros. / Manifestación de gran entusiasmo en algún momento de una celebración o acto colectivo. / En el mundo clásico, concesión de la dignidad de dioses a los héroes.

PSICOMAQUIA: Poema alegórico que representó el combate por el alma humana entre las virtudes y los vicios personificados.

PARA TRABAJAR EN EL TALLER.



1) Escoja una frase de los versos de Prudencio, y construya un poema a partir de ella.


2) Hemos subrayado en este verso de Psicoquia, las palabras que nos parecen más interesantes. Con ellas, escriba un texto poético.


¿No os acordáis del maná celestial que Dios enviaba a los campamentos de nuestros abuelos, y del que en esta era tardía se ha dado al pueblo, y que es el cuerpo de Cristo? La crá¬pula de la torpe lascivia os arrastra a su inmundo lupanar a vosotros, que os habéis saturado con esos manjares del cielo.


jueves, 5 de mayo de 2011

LA INTERROGACIÓN RETÓRICA.




En Retórica, la interrogación retórica o pregunta retórica es, dentro de las figuras literarias, una de las figuras de diálogo. Se trata de una pregunta que se formula sin esperar respuesta. Puede presentarse bajo dos modalidades: la interrogatio, si la respuesta solo admite un sí o un no, y el quaesitum, si la respuesta tiene que ser más precisa. No es más que una forma suave de afirmación, atenuada por la disposición interrogativa como se expresa, ya que al no esperarse contestación se siente como aserción:

“¿Serás, amor
un largo adiós que no se acaba?”
Pedro Salinas

La palabra Interrogación procede de un vocablo latino "interrogata", que quiere decir "pregunta". No todas las preguntas son figuras de retórica; es pregunta de retórica cuando la misma pregunta encierra una conclusión evidente.

El Diccionario de la R.A.E. define a la Interrogación de la siguiente manera: "Figura de Retórica que consiste en interrogar, no para manifestar duda o pedir respuesta, sino para expresar indirectamente una afirmación, o dar más vigor o eficacia a lo que se dice".

En la Biblia se utiliza mucho la interrogación, como cuando habla de los ángeles e interroga: "¿No son todos espíritus administradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de salud?". (Hebreos 1:14) En este versículo se entiende que no pregunta sino afirma que el ministerio noble de los ángeles en el cielo y en la tierra es un hecho incontrovertible, según se puede comprobar en un salmo: "...que ejecutáis su palabra, obedeciendo a la voz de su precepto. Bendecid a Jehová vosotros todos sus ejércitos, ministros suyos que hacéis su voluntad". (Salmos 103:20, 21)

INTERROGACIONES
Gabriela Mistral

¿Cómo quedan, Señor, durmiendo los suicidas?
¿Un cuajo entre la boca, las dos sienes vaciadas,
las lunas de los ojos albas y engrandecidas,
hacia un ancla invisible las manos orientadas?

¿O Tú llegas después que los hombres se han ido,
y les bajas el párpado sobre el ojo cegado,
acomodas las vísceras sin dolor y sin ruido
y entrecruzas las manos sobre el pecho callado?


El rosal que los vivos riegan sobre su huesa
¿no le pinta a sus rosas unas formas de heridas?
¿No tiene acre el olor, sombría la belleza
y las frondas menguadas de serpientes tejidas?

Y responde, Señor: Cuando se fuga el alma
por la mojada puerta de las largas heridas,
¿entra en la zona tuya hendiendo el aire en calma
o se oye un crepitar de alas enloquecidas?

¿Angosto cerco lívido se aprieta en torno suyo?
¿El éter es un campo de monstruos florecido?
¿En el pavor no aciertan ni con el nombre tuyo?
¿O van gritando sobre tu corazón dormido?

¿No hay un rayo de sol que los alcance un día?
¿No hay agua que los lave de sus estigmas rojos?
¿Para ellos solamente queda tu entraña fría,
sordo tu oído fino y apretados tus ojos?

Tal el hombre asegura, por error o malicia;
mas yo, que te he gustado, como un vino, Señor,
mientras los otros siguen llamándote Justicia,
¡no te llamaré nunca otra cosa que Amor!

Yo sé que como el hombre fue siempre zarpa dura;
la catarata, vértigo; aspereza, la sierra.
¡Tú eres el vaso donde se esponjan de dulzura
los nectarios de todos los huertos de la Tierra!

EL INSTANTE.
Jorge Luis Borges

¿Dónde estarán los siglos, dónde el sueño
De espadas que los tártaros soñaron,
Dónde los fuertes muros que allanaron,
Dónde el Árbol de Adán y el otro Leño?
El presente está solo. La memoria
Erige el tiempo. Sucesión y engaño
Es la rutina del reloj. El año
No es menos vano que la vana historia.
Entre el alba y la noche hay un abismo
De agonías, de luces, de cuidados;
El rostro que se mira en los gastados
Espejos de la noche no es el mismo.
El hoy fugaz es tenue y es eterno;
Otro Cielo no esperes, ni otro Infierno.


“¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
En mi pupila tu pupila azul.

¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía eres tú.”
Gustavo Adolfo Bécquer


¿QUÉ SE AMA CUANDO SE AMA?
Gonzalo Rojas

¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida
o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué
es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes,
o este sol colorado que es mi sangre furiosa
cuando entro en ella hasta las últimas raíces?

¿O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer
ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo,
repartido en estrellas de hermosura, en partículas fugaces
de eternidad visible?

Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra
de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar
trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,
a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.

PARA TRABAJAR EN EL TALLER.

1) Escriba diversas interrogantes en dísticos, acerca de la Divinidad y compártalas con el Taller.
2) Responda a alguna de las preguntas de los poetas célebres.
3) Busque entre sus propios poemas, uno en que usted utilice la interrogación retórica.
4) Haga una lista de posibles interlocutores no humanos, a quienes dirigir su Poesía.